martes, 6 de mayo de 2008

Desde el balcón

Abotonado con una piel que proviene de otra tela,
que no se pinta.
Interrumpido,
ensimismado,
sumergido en una nube con Vega.
En tus sueños no podría contar
el grado de abrazos y brazadas
que me separan de ti,
sumaría sólo gestos y caricias,
miradas sumaría y seguiría sumando
encariñado, acurrucado como tú y
atrapado en el cristal de tu aprendizaje
¿piel de terciopelo qué duermes,
qué otro sueño te ha alcanzado?,
ahora que roncas como una mariposa,
ahora que tus labios han cambiado
los sabores por el sueño,
ahora que ya no dices nada,
ahora que sólo me cabe en la cabeza
pensar
en abandonar el puente por el lado de las despedidas,
y ver un poco mejor, como cuando me retorcía
en cada hoja, apenas en cada recibo insignificante:
Deshechos para una exposición que nunca vio la luz.