Podría ser otro,
algo sencillo,
algo,
como el resultado de un proceso para niños.

Nado y nado y nada pasa
en este círculo que llueve
al tiempo que se abrasa,
en este submarino rojo
que no ve la luz de un bote,
en este pedazo de carne
que sólo deja a su paso
un puñado de interrogantes,
algunos huecos pálidos,
la mayoría con sangre,
y en la desidia
puede que algún día me vea
intentando salir a flote.

¿Me creerán, María
cuando les diga,
con un síntoma de gracia,
que yo soy el señor?

Enteros de ciudad

Alboroto en un 43:
Un niño se pasa un cebra y, dos ancianas
que reclamaban asiento,
se incorporan con la ayuda de los frenos
a una piña de veinte cabezas que empaña
el cristal de la parada.
El niño bala salta veinte metros, y atraviesa
tres locales, cuatro carriles y cinco coches,
un campo de pupilas se queda sin voz
mientras otro de ojos fúnebres se pierde
tras la matrícula de un 127.

Desde el interior

Creo en la profesión,
no en el trabajo,
me mandan -!haz esto!-,
y le hago aquello y lo otro,

ahora... límpiame la cuenta o…
cámbiate de mesa, riega bien la planta,
envía dos mensajes diciendo que no voy,
mira que haya papel en la impresora,
¿si bajas a la calle… me traerás tabaco?

Pues también,

¿pero yo,
a quién le digo que me dé
lo que se ve que no es objeto?

¿a quién que escuche qué?
Si yo creo en el silencio
porque me abre el corazón
o me cierra la boca,
me deja sin voz y
me roba
casi siempre
la palabra.

¿a quién
siendo
pobre
dé
qué?
Cuando apenas doy para comer,
y de lo poco,
mío,
nada.

Desde el interior

Solo, solo, quiero estar siempre solo
Como el aire que ilumina,
Como el sol que contamina,
Con la cosa más bonita
Que está a punto de nacer

Solo, solo, quiero estar siempre sólo
Con tus labios en mis versos
Y en la gente que camina,
con los vientos que son arte
cuando doblan las esquinas,

Solo, solo, yo no quiero estar solo
como el gris azul del mar
cuando no sabes qué hacer
o qué decisión tomar,

solo, solo, yo no quiero estar sólo
entre el filo de un cuchillo
que se clava lentamente
en el fondo de mi alma
y el recuerdo
que me rompe la cabeza
cada día
porque nunca entiendo nada.

Desde el interior

Sé que todo lo que empieza tiene
un final
distinto en cada historia,
y un principio
poco claro en otro cuento,

pero…
no sé exactamente
hacia dónde sopla el viento,
cuál será el lugar
entre todos los que queden
cuando tengan que ingresarme en un entierro,

exactamente no sé
quién cambiará las flores,
quién se encargará de regar el recuerdo
cuando a mi sangre no le quede ni una gota
y mis ojos hayan perdido todos los colores
en la batalla por el sueño eterno.

Desde el interior

Si la cruda decisión de abandonar
sólo
fuera
mía,
ya no estaría aquí,
entre vosotros,
indecisos,
como yo,
pero... para qué mentir,
¿de quién,
si no es mía,
de quién?

Porque... metros puentes balcones y ventanas
nunca pasarán de moda.

Las ventanas sirven
para contemplar las puertas que se abren.

Si no tuviéramos cerebro...

Desde el interior

Pronto llegará la cena, del corazón
caerán emociones en un universo de lágrimas
me dejaré los ojos detrás tuyo,
y otra vez a pensar en algo bueno,

porque el tiempo no perdona y los días se van…

pronto llegará la hora, y llorará
mi teclado palabras de tu boca,
con la inquietud no podré dormir,
y tú,
transformada en letra
no me dejarás escapar.

Vertedero

A plena noche me desato,
la piel de un tiempo me quito,
de los dedos me destrozo la carne
y me dejo llevar por la voz del pasado...

lucía una pena de carmín acorralado

la enfermera de mis lagunas
la luz que murió en mis ojos
la voz que partía mis labios

tantos besos se fueron como males llegaron
la distancia se hizo heridas y un desierto infinito
provocó el primer acantilado,

a plena luz, la noche duerme
bajo un cielo de nostalgias

Vertedero

Seré el mejor cuando me quiera,
un tesoro de palabras en tu boca
o
una estantería de respuestas,
una nota suspendida
o
un adiós de vuelta,

una fosa de trinca,
una fuga de penas,
una cena tardía,
o
una sábana tiesa,

seré una cosa,
o muchas,
o ninguna,
el eterno interrogante u
otro presente
en una sala de espera.

Vacío (Vertedero)

Un enorme vacío y…
una duda colosal,
un refugio sin fondo,
una fuga sin puertas,
un columpio que no ve pájaros,
la carencia de todo y la lucha por nada
un pasadizo de finales negros
la palma de una mano que se para en tu pecho,
un saco de ácidas pendientes,
el perfecto destino de una decisión equivocada.

En el interminable camino de los hombres solitarios
como un náufrago desesperado busca una luz que vuele
ando volcando deshechos
sobre un tablero de diez por veinte

Desde el balcón

Abotonado con una piel que proviene de otra tela,
que no se pinta.
Interrumpido,
ensimismado,
sumergido en una nube con Vega.
En tus sueños no podría contar
el grado de abrazos y brazadas
que me separan de ti,
sumaría sólo gestos y caricias,
miradas sumaría y seguiría sumando
encariñado, acurrucado como tú y
atrapado en el cristal de tu aprendizaje
¿piel de terciopelo qué duermes,
qué otro sueño te ha alcanzado?,
ahora que roncas como una mariposa,
ahora que tus labios han cambiado
los sabores por el sueño,
ahora que ya no dices nada,
ahora que sólo me cabe en la cabeza
pensar
en abandonar el puente por el lado de las despedidas,
y ver un poco mejor, como cuando me retorcía
en cada hoja, apenas en cada recibo insignificante:
Deshechos para una exposición que nunca vio la luz.

Agrio

Unos llaman la atención,
Otros hacen callar el cielo,
Yo prefiero ser del huracán
la cachiporra del diablo,
el iceberg que se desdobla,
a veces cruje,
la fiesta en alta mar
o la farola que se condena
porque desde su altura sabe
que a su luz no le queda más pena,

Prefiero ser del tobogán la queja
De un sí rotundo pasar a un no más lento.
Pero no, la luna no, ni las estrellas ni el firmamento
ni el cielo azul o el azul cielo o la paloma mensajera
con todo eso ya no puedo. .

Te quiero pintar amor : Escena I

Y aunque roja pincelada tiemble
y tiemble tu vena y nunca se rompa,
continuaré navegando en mi marea floja.

los colores son el brillo
donde la música nunca descansa
por eso hoy quiero verte un poco gris
y empañar con lágrimas los cristales
que nunca me he atrevido a recoger,
pintar corazones llenos de nostalgia
con tu boca en todos los escaparates

he traído el cubo de la basura
para que veas
que siempre pienso en todo
lo que te gusta
como la mierda que hay entre nosotros.
También con la palabra te he querido dejar
un detalle
para que me pintes en tu retrato de alcoba
como cuando yo no estuve allí
el día en que bailaste con V y hubo
todo aquel revuelo de mariposas.

Ni siquiera sé por dónde cogerte, mirarte
cuando sales a escena con el vestido azul,
la cara verde y la zona peliaguda en pena,

y si roja pincelada tiembla
y en su duda tiemblo yo también
será porque pintaron manchas
sobre palabras que nunca vestí.

Acto de entrada

Prefiero actuar y sentir
formar parte de algo
ajeno a toda duda.
Lucirme en escena
con el traje de otro.
Pasear sin ser yo
y que no pueda ver,
que no pueda ver a nadie.
Prefiero dejar la pluma
y ponerme el disfraz:
El alma de un desconocido.
Que los focos rompan el silencio
de tantas noches callado.
Que una lágrima derrame
y caiga de pronto al suelo,
y que nunca más se hable
de aquel pobre desalmado
de vida siempre tan muerto.

Continuará

El día en que se me ocurrió la gran idea que, si puedo y las circunstancias me dejan, les quiero relatar, di saltos de alegría que me han llevado a la actualidad. He estado ensimismado, enamorado de ella y de todo su porqué. Cuando os la cuente lo entenderéis todo, incluso lo que no aparece. Fue como ver el cielo desde un plano infinito o la galaxia desde un lugar indeterminado. Todo este tiempo la he querido para mí, no se la he dejado ver a nadie, la he guardado como se guardan las cartas de amor eterno. En el corazón. Podréis observar cuántas cosas buenas caben en ella y cuántas cosas malas también se pueden ver, si uno no se deja vencer por la escena de los sentimientos. Me hice caca encima, una paja en el lavabo, hasta trepé por la fachada de un edificio y caí redondo desde su segundo piso. Todo por no revelarla. Ahora estoy mejor, tengo la fuerza, ¿acaso la voluntad?. Recuerdo que cité a todos mis enemigos y les solté: -algún día, ya veréis, si es que podéis y llegáis. Y nunca llegaron a ver nada, ni siquiera un indicio de la forma, una prueba de temática, alguna pista sobre el secreto de todo ese porvenir. Yo tampoco les ví, de ahí a que las creencias sobre mi idea fueran creciendo más y más y más, hasta alcanzar el cenit de la vida. De repente, el mundo era nuevo, no había pánico, temor, impaciencia o angustia. Sólo bastaba esperar para que todo fuera desarrollándose según lo planeado: si es que había un plan, claro. Y así fue, que al cabo, se hizo tan grande… tanto que reventó, y tuve que empezar de nuevo. El día en que se me ocurra contaros la gran idea, no me encontraréis tan fácilmente.