domingo, 12 de octubre de 2008

Desde el interior

Creo en la profesión,
no en el trabajo,
me mandan -!haz esto!-,
y le hago aquello y lo otro,

ahora... límpiame la cuenta o…
cámbiate de mesa, riega bien la planta,
envía dos mensajes diciendo que no voy,
mira que haya papel en la impresora,
¿si bajas a la calle… me traerás tabaco?

Pues también,

¿pero yo,
a quién le digo que me dé
lo que se ve que no es objeto?

¿a quién que escuche qué?
Si yo creo en el silencio
porque me abre el corazón
o me cierra la boca,
me deja sin voz y
me roba
casi siempre
la palabra.

¿a quién
siendo
pobre

qué?
Cuando apenas doy para comer,
y de lo poco,
mío,
nada.